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Nuevo paradigma de Empresa Privada

13 octubre 2020

El Mercurio - Carta al director

Horacio Pavez - Presidente GSG NAB Chile





Interesantes posturas han tenido en esta tribuna Eugenio Tironi y Gerardo Varela, ambos destacados profesionales en sus ámbitos, asesores de empresas privadas y miembros de directorios de sociedades anónimas. Quisiera complementar sus miradas desde el punto de vista de un empresario, con experiencia en emprendimiento, como una contribución a este intercambio.


El rol que pueden tener las empresas privadas - tanto la administración como sus accionistas - está lejos de ser dicotómico. Si bien hoy los matices tienden a quedar en el olvido, las empresas no pueden ser vistas - en un extremo - sólo como generadoras de utilidades para sus accionistas o, por el otro lado, como organizaciones filantrópicas que renuncian a las utilidades.


La experiencia internacional más reciente, las buenas prácticas y los diferentes modelos empresariales, nos van mostrando que hay empresarios, empresas y equipos ejecutivos capaces de atender a distintos grupos de interés en forma simultánea, desde el "core" del negocio.


De hecho, en el último tiempo ha crecido la tendencia a incorporar nuevos indicadores de desempeño dentro de la función empresarial, que van complementando la mirada más clásica del inversionista que se traducía en una combinación exclusivamente de "riesgo y retorno". Hoy con mayor frecuencia se incorpora una tercera variable: "Riesgo, retorno e impacto".


Este último, el impacto, se refiere precisamente al aporte que pueden hacer empresas o inversiones privadas a proveer un aporte de carácter social o ambiental a una problemática existente o futura, sin renunciar a la generación de utilidades para sus accionistas, ni a la provisión de un producto o servicio de calidad par sus clientes o de ser un atractivo lugar para trabajar para sus empleados.


Las inversiones de impacto no están concebidas como un acto caritativo o filantrópico, ni tampoco como un "agregado" al foco del negocio. Son iniciativas privadas que desde su génesis están diseñadas para generar impacto social o ambiental positivo, al mismo tiempo que utilidades.


A nivel internacional, hemos avanzado rápidamente en la incorporación de criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la gestión privada (hoy, mas de 80 trillones de dólares en activos son administrados con criterios ASG) . Ahora estamos dando un paso aún más exigente: una nueva forma internacional de llevar la contabilidad financiera de las compañías que incorpore la variable de impacto en su reportabilidad. A través de una iniciativa desarrollada por el profesor George Serafeim en la Escuela de Negocios de Harvard y presidida por sir Ronald Cohen, precursor de la Inversión de Impacto, empezaremos a ver cuánto valor son capaces de crear o destruir las empresas a nivel social y ambiental, en base a criterios contables objetivos, corregidos por impacto.


Es un aporte enriquecedor para desarrollar y gestionar empresas, de modo que sean verdaderamente útiles para los requerimientos de la sociedad actual.



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