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Recomendaciones e Imperativos

Columna de opinión La Tercera

Josefa Monge

6 diciembre 2020




Se aceleraron los cambios más allá de lo que suponíamos posible; lo esperable, pasó a ser evidente y muchas recomendaciones se convirtieron en imperativos.

Mucho nos hemos preguntado sobre cómo será nuestro mundo post pandemia, qué cambios serán transitorios y cuáles llegaron para quedarse, a qué nos gustaría volver y de qué preferiríamos pasar.

Las personas, individualmente o reunidas en comunidades, sociedad civil, empresas y organizaciones, cada uno en su faceta de trabajador, cuidador, empresario, inversionista y ciudadano, se cuestionan sus formas de vida, sus prioridades, horarios y preferencias, presupuestos, modelos y propósitos, a todo nivel.

Se aceleraron los cambios más allá de lo que suponíamos posible; lo esperable, pasó a ser evidente y muchas recomendaciones se convirtieron en imperativos.

Aparecen inéditas oportunidades al repensar el mundo del trabajo y la posibilidad de reordenar nuestras rutinas; en la educación, la posibilidad de hacerla de mejor calidad, más interactiva y accesible; para reconstruir tejido social, pues se hace evidente el valor de nuestra interdependencia en tiempos difíciles.

En el emprendimiento y la inversión, al reconocerse el rol del mundo privado en contribuir a la solución de grandes problemas sociales y ambientales; para la diversidad y la inclusión, porque estamos entendiendo que cuando no la tenemos, nos empobrecemos en todos los sentidos y nuestra convivencia se hace insoportable.

Las recomendaciones de aplicar estándares sociales y ambientales para empresas e inversiones, provenientes en forma cada vez más unánime de consultoras, reguladores, organismos internacionales, la academia y la sociedad civil, parece que no andaban tan perdidas. Y es que hoy, para atraer talento, clientes e inversionistas, esas recomendaciones, son un nuevo piso, aunque aún nos falta para qué emprender, trabajar, producir e invertir con impacto se vaya haciendo la regla y deje de ser un nicho.

Celebramos como un valioso primer paso que recientemente la Superintendencia de Pensiones haya incorporado los factores de riesgo climático y ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo)a su Modelo de Supervisión, como inherentes al riesgo de crédito, de mercado, fiduciario, estratégico y reputacional. Esto significa que las AFPs deberán informar a sus afiliados sobre cómo estos factores están siendo considerados en sus políticas de inversión y las principales acciones desarrolladas respecto de estas materias.

En un año que nos está dejando varias cicatrices, poner la mirada en lo común y en un futuro sustentable, se vuelve un imperativo hacia nosotros mismos, nuestras organizaciones, nuestro país y nuestro mundo.




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